La raíz multicultural de la Región de Los Lagos

La herencia multicultural de la región sur austral tiene su origen en los asentamientos de los primeros pobladores del territorio, quienes hace más de 15.000 años atrás, comienzan a habitar los valles que van quedando despejados de hielo, cuando el Pleistoceno, comúnmente conocido como la Era del Hielo, comenzaba su retirada.

Comunidades
Estas poblaciones primigenias eran cazadores de megafauna, recolectores de mariscos, bayas, y plantas medicinales, como lo prueba el sitio de Monte Verde en las cercanías de Puerto Montt, reconocido como uno de los asentamientos humanos más antiguos de América, con evidencia de ocupación humana desde hace más de 18.000 años. Otra evidencia de estas comunidades de cazadores-recolectores lo constituye la huella humana del sitio arqueológico de Pilauco en Osorno que data de hace más de 15.000 años.

Luego de esta evidencia de poblamiento temprano, comienza un periodo de nebulosa arqueológica por cuanto no existe evidencia de un periodo de miles de años hasta que emergen las evidencias de los Chonos hace unos 6.000 años atrás.

Caoneros
En efecto, la siguiente evidencia arqueológica proviene de los vestigios legados por los Chonos, una comunidad caonera que navegaba entre el archipiélago chilote y la península de Taitao. Los chonos eran nómades, y su actividad se centraba en la caza de lobos marinos, pesca y recolección de mariscos y algas. Su presencia está confirmada en varios sitios arqueológicos, especialmente en los numerosos conchales, formados por la acumulaciones de restos de mariscos, algunos con más de 6.000 años de antigüedad, y ubicados en su mayoría en Chiloé.

Kaweshkar, otra cultura caonera de a Patagonia, navegando en una dalca. Imagen captada el año 1895 por el ingeniero Bauer. © Colección Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile. Dominio público


Mapuches
Con el paso de los milenios comienzan a asentarse en todo el país culturas más complejas, como la Cultura Pitrén que hace unos 2.000 años, ocupó el territorio entre el río Biobío, el lago Llanquihue, extendiéndose hacia el este hasta alcanzar Neuquén, en Argentina. Su importancia e influjo cultural radica en que desarrollaron la agricultura, realizando el tránsito desde la caza a la producción de alimentos. Otro aporte cultural de gran importancia es la producción alfarera, que va incorporando artefactos a su vida cotidiana.

Desde el punto de vista del mestizaje cultural, se considera a la cultura Pitrén, junto con la cultura Bato, como los antecesores directos del pueblo mapuche. Aunque la procedencia del pueblo Mapuche es un tema debatido, la teoría más aceptada entiende su origen como un proceso de evolución cultural dentro del mismo territorio, más que en una migración masiva. Vale decir que no son descendientes de una cultura externa, sino el resultado de la fusión con poblaciones preexistentes que habitaban el centro-sur de Chile, durante un proceso que se consolidó hace unos 1.500 años.

Sin embargo es importante destacar la enorme influencia cultural que tenían los mapuches a la llegada de los españoles en el siglo XVI, por cuanto el mapudungun ya se hablaba desde el río Choapa hasta Chiloé, unificando lingüísticamente gran parte del actual territorio nacional.

Mujer mapuche 1949. Detalle de fotografía de I. Hochhäusler. Biblioteca Nacional Digital


Williches
La región comienza a ser ocupada por los Williche (Gente del Sur’), la rama austral del pueblo mapuche, que se asienta en los valles e islas del territorio, especialmente en los llanos de Osorno y en Chiloé, desde donde ejercerán una gran influencia cultural, como todavía es posible apreciar en diversas manifestaciones culturales de la región.

Los williches habitaban el Butahuillimapu (el gran territorio del sur), desde el río Toltén hasta Chiloé. Sus comunidades practicaban una agricultura semi sedentaria, que implicaba cultivar la tierra hasta agotar sus recursos para luego, mediante la quema de bosques, trasladarse a nuevos terrenos para reiniciar el ciclo.

Españoles
Cuando Magallanes arriba en 1520 al estrecho que hoy lleva su nombre, se incorpora la vertiente cultural europea en el país, que con el tiempo daría origen al actual mestizaje cultural de la región.

Pedro de Valdivia inicia la conquista de Chile en 1540, y luego de una década comienza la exploración de los territorios hacia el sur. Valdivia reconoce la importancia estratégica de estos territorios a pesar de su difícil geografía,por cuanto entendía que esta zona era clave para conectar con el Estrecho de Magallanes. Bajo esta premisa, se organizaron expediciones españolas que fundaron Osorno en 1553, reconstruido en 1558, Santiago de Castro en 1567, además de explorar la costa alcanzando incluso el Estuario del Reloncaví.

Sin embargo, este primer impulso conquistador fue frenado por la gran rebelión mapuche que alcanza la victoria sobre las fuerzas españolas en la batalla de Curalaba en 1598. Los españoles son obligados a abandonar Osorno, cuyos habitantes huyeron hacia el sur, estableciéndose en Carelmapu y Calbuco, oficialmente fundado en 1602, aunque estos lugares ya contaban con poblaciones indígenas establecidas en esa zona.

Mapa de Chiloé. Periodo colonial

Chilotes
El tejido cultural de la región continuó evolucionando con la “nueva” población chilota, fruto del mestizaje indígena hispano. En vista de los recursos limitados de las islas que conforman el archipiélago de Chiloé, con el tiempo se inicia un proceso migratorio en búsqueda de nuevas oportunidades, expandiéndose hacia la parte continental de la región, hacia la Patagonia e incluso hacia Argentina, un patrón migratorio que con el tiempo ejercerá una gran influencia cultural chilota en todo el sur austral.

Colonos
A mediados del siglo XIX, el Estado de Chile implementó una política de atracción de inmigración europea para desarrollar la economía, bajo una visión geopolítica de ejercer soberanía en territorios extensos y con poca población. Para ello se emitieron leyes que incorporan beneficios como entrega de tierras, herramientas, y exención de impuestos, entre otros beneficios.

Esta política conduce en 1852 al desembarco de los 212 primeros colonos alemanes a la rada del canal Tenglo, a fines de noviembre de 1852. Los primeros colonos incorporan paulatinamente una nueva capa al diverso patrimonio cultural que define a la Región de Los Lagos, originando uno de los mestizajes culturales más interesantes del país.

En efecto, el mestizaje cultural chilote-alemán en el sur austral de Chile es un fenómeno rico y complejo, iniciado con la interacción entre la cultura chilota, predominante en el territorio, y de fuerte raíces hispano-indígena, especialmente huilliche, con la marcada cultura alemana que traían los colonos.

El capital humano de los inmigrantes alemanes unidos a sus conocimientos técnicos transforma la economía de la región, pero además genera un nuevo impacto cultural que se expresa de diversas formas, como en la arquitectura, la construcción, y la gastronomía, entre otras manifestaciones.

Casa en la Comuna de Fresia


Tejuelas
La construcción en madera es un símbolo de este complejo entramado cultural, por cuanto la cultura chilota con su conocimiento del uso de la madera nativa, se entrelaza con la técnica constructiva alemana, que a su vez se adapta a los recursos existentes. A partir de estas necesidades, se incorpora ampliamente el uso de las tejuelas que se aplican a la construcción de las casonas alemanas, originando el mayor icono visual de la región.

Por ello el resultado es una arquitectura basada en las necesidades pero que a su vez crean un fascinante mestizaje cultural y técnico. El uso de la tejuela, profundamente asociado a la tradición chilota, encontró un nuevo auge y evolución con el aporte técnico de los colonos alemanes.

En el archipiélago de Chiloé existía una tradición maderera única, forjada por la fusión de conocimientos de los williches más la influencia de los misioneros jesuitas, especialmente en la construcción de iglesias que se construían con empalmes y ensambles de madera, practicamente sin usar clavos.

La materia prima de la tejuela original se fabricaba casi exclusivamente de Alerce (Fitzroya cupressoides), que tiene una veta recta que permite cortarla en láminas delgadas con facilidad. Además es liviana, muy durable y extremadamente resistente a la humedad y los hongos.

La función principal de las tejuelas es impermeabilizar. Esta es una propiedad muy importante en clima tan lluvioso, por cuanto la tejuela actúa como una “escama” que permite que el agua escurra, protegiendo la estructura interior.

Cuando los colonos alemanes arribaron, trajeron sus propias tradiciones constructivas europeas, pero tuvieron que adaptarse a su nuevo medio. Al observar la eficacia de las tejuelas, rápidamente comenzaron a utilizarla como revestimiento protector para sus casas.

Adicionalmente como gran parte de la construcción de las casonas alemanas fue ejecutada por carpinteros chilotes que migraban al continente buscando trabajo. En general ellos aportaron el conocimiento de cómo hacer y utilizar la tejuela, mientras los colonos aportaron el diseño y la arquitectura, produciendo hermosas construcciones que todavía resisten el paso del tiempo en ciudades y campos de la región.

Detalle de tejuelas en casa en Curaco de Vélez