Valor social, cultural, identitario y turístico del patrimonio precolombino local

“Generalmente se estima que el valor patrimonial y cultural de los vestigios arqueológicos es incalculable, sin embargo existe un mercado de bienes de piezas precolombinas, tanto legal como ilegal”. (Ponencia presentada en “SOPA 2018. VI Congreso de Socialización del Patrimonio en el Medio Rural”)

Introducción
En el territorio nacional existen vestigios arqueológicos de los pueblos originarios que habitaban el país antes de la llegada de los españoles, incluso en lugares tan remotos como Isla Picton, una de las últimas del continente americano.

Lamentablemente gran parte de estos vestigios se encuentran en un estado de deterioro tal, que su existencia como herencia cultural está amenazada. Este deterioro se debe al paso del tiempo y a la inclemencia de la naturaleza, aunque la actividad humana sobre ellos es el factor más determinante. Esto se debe a la falta de conciencia ciudadana sobre este patrimonio que posibilita conductas negativas como vandalismo, saqueo y otros fenómenos socialmente perniciosos.

El actual proyecto Premagallania se enfoca en la difusión social del patrimonio precolombino, heredado de los pueblos originarios que habitaban Chile antes de la llegada de los españoles. El nombre del proyecto alude al arribo de Hernando de Magallanes al estrecho que hoy lleva su nombre, y de esta forma hace una diferencia simbólica entre el concepto precolombino aplicable a toda América, y el concepto Premagallania restringido al territorio nacional.

Para ello registra este patrimonio a través de fotografías y videos además de mantener un portal web sobre el tema, en el que se difunden iniciativas académicas, institucionales, locales y ciudadanas, con vistas a ayudar a la educación cívica y a elevar la conciencia de la población sobre la importancia del patrimonio precolombino como legado social, cultural, turístico, patrimonial e identitario.

Como visión tiene el poner en valor cultural los vestigios precolombinos del país a través de la difusión ciudadana, con vistas a fortalecer la conciencia social y ciudadana sobre el patrimonio precolombino.

Problemática
El desarrollo del proyecto ha demostrado que para la protección de los vestigios precolombinos de superficie no basta con la difusión de esta problemática y la captura de imágenes, sino también es necesario estudiar los intereses y fenómenos sociales que inciden en el deterioro de este patrimonio. Hacemos la distinción con los vestigios arqueológicos enterrados (bajo la superficie) por cuanto por ley es el campo de trabajo de investigadores, autoridades y en ciertos casos objeto de consulta a los pueblos originarios.

Uno de los aspectos estratégicos para la conservación de este patrimonio, es que el proyecto ha permitido identificar iniciativas socialmente positivas que surgen a nivel local (en torno a los vestigios) e iniciativas ciudadanas (de preocupación y difusión de este legado).

Identificar estos actores ha permitido enriquecer los objetivos originales del proyecto para llevarlo de una fase inicial de difusión a una fase social y con ello impactar socialmente en este tema.

Objetivo
Articular una red nacional de gestores locales y ciudadanas con vistas a la protección consciente del patrimonio precolombino.

Precolombinos
¿Dónde están los vestigios precolombinos? Los vestigios están donde estamos nosotros los chilenos, vale decir a lo largo de esta extraordinaria geografía que llamamos Chile.

En efecto existen conchales a lo largo de de Chile. Algunos en recónditas playas como los conchales del Canal Beagle u olvidados bajo capas de sedimentos como en Punta de Tralca en la zona central; pinturas rupestres en el altiplano como las de la aldea de Peine, o en medio de la Patagonia como en la Reserva Nacional Jeinimeni; petroglifos en lugares casi inaccesibles en plena cordillera al interior de Alto del Carmen o en valles cerca de Río Bueno en la Región de Los Lagos.; ruinas de pukará en medio de la Región Metropolitana como en el cerro Chena o ruinas del Camino del Inca en el cerro Pabellón, a 4.500 metros sobre el nivel del mar en la comuna de Ollagüe, Región de Antofagasta.

Se desconoce el número de los habitantes ancestrales de la América precolombina. Algunos autores la sitúan en solo 8 millones (Kroeber) y otros como Riccioli en 300 millones (1). En relación a Chile se estima en alrededor de 1 millón los habitantes a la llegada de los españoles, lo que sitúa al país como uno de los menos poblados.

Lo que es interesante en el caso de Chile, es la diversidad de culturas originarias desperdigadas sobre la totalidad del territorio, a pesar de lo escaso de su población.

Como dato ilustrativo, actualmente el Estado de Chile reconoce 9 pueblos originarios en el país, en cambio el mapa histórico de los pueblos originarios de Chile, editado por el Instituto Geográfico Militar, publicado en el sitio web Educarchile.cl muestra 17 culturas a lo largo de país, desgraciadamente una parte de ellas absorbidas culturalmente, desaparecidas o exterminadas.

Adicionalmente el territorio de Chile exhibe gran cantidad de sitios arqueológicos, datados científicamente entre lo más antiguos de America, con Monteverde con la datación más alta actualmente registrada, sobre 18.000 años.

Pueblos originarios de Chile a la llegada de los españoles
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Valor
Generalmente se estima que el valor patrimonial y cultural de los vestigios arqueológicos es incalculable, sin embargo existe un mercado de bienes de piezas precolombinas, tanto legal como ilegal.

La historiadora Cecilia Krebs y el economista Klaus Schmidt-Hebbel a pesar de ser intelectuales de reconocido pensamiento neo liberal reconocen que este no es un bien que simplemente pueda ser transado en el mercado, como muchos otros. En un artículo señalan que “una fracción importante del valor de los bienes de patrimonio cultural está situada fuera del mercado”. Indican los autores que este patrimonio tiene valor para “investigación, para goce de generaciones futuras, la satisfacción de saber que existen, porque incrementa el turismo, y la educación en la población y contribuyen a la identidad local o nacional”. Y a modo de conclusión añaden que el “mercado de los bienes culturales físicos presenta características e imperfecciones que justifican una función reguladora del Estado en su protección” (2).

No obstante, piezas arqueológicas se comercializan actualmente en forma global. Un estudio de la United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC) señala que “como sucede con numerosos mercados ilícitos, los países fuente suelen ser países en desarrollo, mientras que los países mercado son más ricos, países desarrollados”.

Paradójicamente este mercado ha existido desde la invención de la cultura y posterior desarrollo de la civilización. El saqueo, vandalización o destrucción de las manifestaciones culturales ha sido parte de la actividad humana en todas las épocas. Tanto es así, que en países con alta riqueza arqueológica es común que el oficio de saqueador se transmita incluso por generaciones.

Desde Latinoamérica hemos exportado la palabra de origen quechua –huaqueo– a otros idiomas, que denomina el saqueo en sitios arqueológicos, que huaqueros realizan con el fin de obtener piezas para su posterior comercialización. Este fenómeno del huaqueo existe también en Chile, especialmente en el norte del país. Informes de la Policía de Investigaciones señalan que se “han incautado 24.321 especies arqueológicas y paleontológicas en el periodo correspondiente entre los años 2010 y 2016” (3).

Existen diversas motivaciones para reunir objetos precolombinos, dañar sitios o comercializar piezas arqueológicas. El arqueólogo Álvaro Romero Guevara (Romero, 2003) indica una lista de motivaciones, como:

  • Codicia de los saqueadores.
  • Egoísmo de coleccionistas.
  • Ignorancia de visitantes, que recogen objetos arqueológicos como “recuerdos”.
  • Desidia ciudadana, que no informa sobre hallazgos o saqueos.
  • Irresponsabilidad de encargados de obras que no acatan la legislación vigente.
  • Descuido de profesionales ligados al turismo, educación e investigación con prácticas inadecuadas.

 

ACTORES
La lista de personas e instituciones que directa o indirectamente toman contacto con los vestigios precolombinos es larga. Salvo excepciones, la mayoría no tiene un interés permanente sino circunstancial y no todos desarrollan una actividad positiva, en muchos casos desarrollan una actividad directamente negativa, como quienes realizan actos vandálicos.

También hay que destacar que existen actividades positivas, como gestores culturales locales que protegen este patrimonio. Aunque en ciertos casos por exceso de entusiasmo pueden llegar a realizar acciones negativas, como por ejemplo recolectar piezas y montar pequeños museos. Generalmente esto se debe por que se desconocen las leyes y normas que protegen los vestigios precolombinos.

En relación a los actores, en base al trabajo de campo y bibliografía sobre el tema, hemos identificado diferentes categorías de personas o instituciones involucradas:

  1. Pueblos Originarios: herederos directos del patrimonio precolombino. Diferentes leyes le entregan voz y voto en relación al patrimonio que se encuentra en las actuales comunidades.
  2. Estado: responsable de hacer cumplir las leyes y normativas, especialmente a través de la Ley 17.288 que considera un delito dañar o apropiarse de vestigios arqueológicos.
  3. Congreso: responsables de aprobar leyes y tratados internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.
  4. Autoridades Locales: alcaldes y funcionarios de localidades en que en su territorio existen vestigios precolombinos.
  5. Comunidad Local: que vive en las cercanías de vestigios, en ciertos casos son comunidades indígenas.
  6. Instituciones: fundaciones, museos, centros de investigación y otras relacionadas con el patrimonio, la arqueología y otras ciencias sociales.
  7. Investigadores: arqueólogos y otros académicos que desarrollan investigación sobre temas precolombino.
  8. Empresas: que desarrollan proyectos en áreas con vestigios precolombinos.
  9. Profesionales: que realizan estudios, por ejemplo de impacto ambiental, turismo, comunidades y otros que deben tomar en cuenta los vestigios precolombinos.
  10. Gestores: diferentes tipos de personas que viven en las cercanías de los vestigios y actúan como guías o protectores de estos. En ciertos casos crean pequeños museos en su cercanía.
  11. Turistas: visitantes de área con vestigios precolombinos.
  12. Comerciantes: que comercian piezas arqueológicas (actualmente es ilegal). También es posible incorporar a este grupo a artesanos que inspiran sus diseños en los diseños ancestrales que comercian en los mercados locales.
  13. Coleccionistas: personas que adquieren en el mercado formal o informal piezas arqueológicas encontradas por excursionistas o campesinos.
  14. Huaqueros: saqueadores profesionales de vestigios arqueológicos.
  15. Contrabandistas: conocedores del valor comercial de piezas arqueológicas, que incluso actúan a nivel internacional.
  16. Vándalos: personas que simplemente destruyen, modifican o rayan vestigios arqueológicos por el placer de marcar presencia.

Ley
La Ley 17.288 protege el patrimonio cultural de Chile, como monumentos históricos, monumentos públicos, santuarios de la naturaleza, zonas típicas o pintorescas.

En relación a los vestigios arqueológicos los considera monumentos nacionales, protegiendo piezas, ruinas y yacimientos arqueológicos que existan bajo o sobre la superficie del territorio nacional. Para los efectos de la propiedad, establece que son propiedad del Estado piezas arqueológicas, geoglifos, petroglifos, arte rupestre y otros.

La Policía de Investigaciones (PDI) persigue infracciones a esta ley, a través de la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural (BIDEMA), que recomienda tener presente las siguientes consideraciones.

  1. En caso de encontrar vestigios arqueológicos como fósiles, osamentas humanas, cerámicas de pueblos originarios, entre otros, dar aviso inmediato a la Gobernación Provincial respectiva sin recoger estos objetos.
  2. No comprar artículos que contengan piezas arqueológicas o paleontológicas.
  3. En un sitio con objetos patrimoniales como petroglifos, geoglifos u otros, seguir las indicaciones del lugar si las hubiera o en caso contrario no pasar sobre ellos, no modificar y no destruir al ingresar caminando o en vehículos.
  4. No efectuar ningún tipo de rallado sobre petroglifos, geoglifos o arte rupestre.

 

Convenio

El Convenio 169, promulgado en 1989 por la OIT con el título “Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes”, obliga a los países firmantes a implementar políticas favorables en favor de los pueblos indígenas. Este tratado indica la necesidad de que los pueblos originarios puedan “Asumir el control de sus propias instituciones y formas de vida y desarrollo económico y a mantener y fortalecer identidades, lenguas y religiones dentro del marco de los Estados en los que viven”. En relación a las obligaciones de los Estados, señala que “Los gobiernos deben asumir la responsabilidad de desarrollar, con la participación de los pueblos, una acción coordinada en su protección y garantía de su integridad.”

Chile ratificó este tratado en el año 2008, y por lo tanto asume como Estado la obligación de consultar a los pueblos originarios las medidas legislativas y administrativas que puedan afectarles, lo mismo en relación a costumbres y derechos consuetudinarios, como el uso y transferencias de tierras indígenas, incluyendo recursos naturales que se encuentren en ella. Además el convenio establece la necesidad de desarrollar políticas que permitan la conservación de las culturas originarias y la preservación del patrimonio cultural indígena.

Sin embargo un verdadero problema social lo constituye la falta de conciencia de grandes segmentos de la población y la acción vandálica de personas que llegan a lugares donde se ubican vestigios precolombinos. Esta falta de conciencia y desconocimiento originan acciones como alterar rocas de geoglifos o agregar mensajes escritos sobre ellos, subirse a ruinas para lograr mejores fotografías, rayar con spray sobre pinturas rupestres, u horadar la roca para escribir un “yo estuve aquí”.

Si no se realizan acciones de información, prevención, concientización y educación este fenómeno crecerá en Chile, por cuanto el turismo interno ha aumentado en forma exponencial y estamos llegando con nuestro parque automotriz a todos los rincones del país.

Naturalmente también existen aspectos positivos, como que el actual nivel de desarrollo económico permite a un mayor número de personas conocer su país, sin embargo es necesario aumentar la conciencia social, cultural y medioambiental de la población en forma urgente.

Otro aspecto positivo es que el aumento del flujo de visitantes genera ingresos extras para las comunidades locales, en forma directa con el pago de una entrada como se realiza en áreas a cargo de comunidades indígenas. Y en forma indirecta con la demanda de alimentación, alojamiento y otros que el turismo conlleva.

A la luz de diferentes experiencias internacionales y nacionales más las recogidas en terreno, podemos afirmar que la mejor garantía de protección es el involucramiento de la población local en torno a su patrimonio precolombino. Para ello hay que desarrollar sinergias que aumenten el nivel de conocimiento patrimonial además de compartir experiencias entre diferentes iniciativas.

A partir de esta necesidad, nuestro proyecto está desarrollando una base de datos con la finalidad de ayudar a la articulación de estas experiencias, identificando:
1. Catastro, fotografía, video y ubicación de vestigios precolombinos sobre superficie.
2. Iniciativas locales en torno a los vestigios precolombinos.
3. Gestores locales con actividad en torno a los vestigios precolombinos.
4. Actividades positivas como artesanos y organizaciones inspiradas en los vestigios precolombinos.
5. Agrupaciones indígenas.
6. Agrupaciones rurales.

Además mantiene una base de datos con:
• Museos con colecciones precolombinas.
• Instituciones estatales con relación al tema.
• Instituciones privadas con relación al tema.

Conclusiones

  • El creciente flujo de turistas con intereses especiales, ha puesto en valor la visita a lugares con presencia de vestigios precolombinos superficiales, por su accesibilidad y bajo costo, a veces sin costo.
  • Aunque el patrimonio precolombino cuenta con protección legal, por su naturaleza, la fiscalización y castigo por su destrucción es inoperable, por lo que el foco debe concentrarse en elevar la conciencia ciudadana en cuanto a su valor para la identidad nacional y comercial si se desarrolla un turismo sustentable.
  • Por lo tanto, el proyecto Premagallania debe ser una herramienta para visibilizar iniciativas ciudadanas que ayudan a la toma de conciencia del rico patrimonio precolombino, su importancia para nuestra identidad y para las generaciones futuras.

FUENTES/BIBLIOGRAFÍA
(1) Wikipedia
(2) Krebs M. y Schmidt-Hebbel K. 1999. Patrimonio cultural: aspectos económicos y políticas de protección.
(3) Monumentos.cl/23-06-2017
Barraza J. (Compilador). 2003. Manual de Patrimonio Cultural y Natural. Arica Parinacota.
MOP. Gobierno de Chile. 2016. Pueblos Indígenas. Consulta y Territorio.
UNODC. 2009. Protección contra el tráfico de bienes culturales.
Convenio 169 OIT. Organización Internacional del Trabajo. 2006. Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes.