Chinchorro, las momias más antiguas del mundo


Más de dos mil años antes que los egipcios, la cultura chinchorro practicó en el norte de Chile sofisticadas técnicas mortuorias, convirtiendo en momias restos de adultos, niños y guaguas hace 7000 años antes de Cristo

Habitantes de la costa norte de Chile aprisionados entre la costa y el desierto, transformaron la angustia de la muerte en obras momificadas a partir de los cuerpos de sus deudos. Esta cultura que ahora llamamos chinchorro, habitó entre la costa sur del Perú y la costa norte de Chile. Esta sencilla cultura de pescadores, cazadores y recolectores no dejo grandes obras arquitectónicas aunque lego el misterio de sus avanzadas técnicas de embalsamamiento, donde en ciertos casos los cuerpos eran desarticulados para ser posteriormente re ensamblados.


Sergio Medina, antropólogo de la Universidad de Tarapacá explica al medio El País, que esta cultura “conservaban los cuerpos con propósitos mágico-rituales. El medio ambiente natural aquí [caracterizado por la salinidad y aridez del desierto] es perfecto para preservar las momias durante miles de años”. (Elpais.com. 2018-10-01)

Las primeras momias descubiertas en 1017 estaban sorprendentemente bien preservados. El arqueólogo Max Uhle fue el primero en estudiarlas, proponiendo que se trataba de los restos de antiguos pobladores que tenían contacto con otras culturas peruanas más avanzadas.

Durante diferentes épocas la cultura chinchorro desarrolló diferentes estilos de momificación, actualmente denominadas como momias negras, rojas y con patina de barro.

Las momias negras se comenzaron a realizar hace 7.000 años, perdurando durante dos milenios y constituyen la más compleja de las diferentes variables. La particularidad principal es que los cuerpos de los difuntos eran desmembrados para luego ser re ensamblados en torno a una estructura conformado por palos, totora más una mezcla de ceniza que servía para sellar el cuerpo. Como un acabado final, el cuerpo era finalmente pintado con una pasta negra de manganeso.

Las momias rojas aparecen hace 4.000 años manteniendo su práctica durante casi 500 años. Esta técnica no realizaba grandes modificaciones del cuerpo, salvo la remoción de los órganos internos. Para que el cuerpo se mantuviera rígido, se incrustaban varillas de madera bajo la piel y en ciertos casos incorporaban una peluca de pelo humano. Finalmente eran pintadas con ocre rojo, aunque para la cara se utilizaba una pasta de color negro.

Después del estilo rojo y negro las técnicas se simplifican y los cuerpos comienzan a ser simplemente cubiertos con un baño de barro, que actuaba como un cemento suave que ayudaba a prevenir la descomposición. Este estilo duró un par de siglos hasta la desaparición o absorción de la cultura chinchorro por otros pueblos.

“A pesar de que las poblaciones Chinchorro eran pescadores sencillos, sin conocimiento de la cerámica, la agricultura o el tejida a telar, su vida religiosa y espiritual debe haber sido muy compleja como lo demuestran sus prácticas funerarias”. (Bernardo Arriaza y Vicki Cassman. Universidad de Nevada)


EXPOSICIÓN
Museo Nacional de Historia Natural (MNHN)
“Chinchorro, trascender a la muerte”
Desde el 7 de diciembre de 2018 hasta el 31 de agosto de 2019, de 10:00-17.30 horas.
ENTRADA GRATUITA


“Esta exposición tiene como propósito entregar a quienes visiten el museo, una mirada profunda y detallada sobre una de las culturas más antiguas que ha poblado nuestro territorio, la cultura Chinchorro, que habitó las costas desérticas del sur del Perú y norte de Chile. Este grupo humano se ha destacado mundialmente por contar con los cuerpos momificados más antiguos del mundo (9.000 a 7.000 años antes del presente), superando en antigüedad a las momias del Antiguo Egipto. Asimismo, los asentamientos de la cultura Chinchorro están siendo postulados a ser considerados como Patrimonio de la Humanidad”. ( Museo Nacional de Historia Natural)