El niño ofrendado en la cumbre más alta que domina el valle del Mapocho en Santiago, habría sufrido un fuerte golpe en su cabeza causándole la muerte, contradiciendo la percepción generalizada de un fallecimiento apacible en medio de los efectos de la hipotermia. En cambio los recientes exámenes de ADN confirman su origen en la zona centro-sur del Perú, cercano al lago Titicaca.
En el apogeo Inca, niños, en su mayoría de origen noble, eran sacrificados en las cumbres más altas del Imperio para que fueran guardianes de la abundancia. Esta era parte de una ceremonia conocida como la Capacocha, que se realizaban en el Tawantinsuyu o Imperio Inca, generalmente durante el mes de las cosechas y consistía en hacer ofrendas de gratitud al sol.
La momia del Niño del Cerro El Plomo, fue desenterrada por arrieros en 1954, y fue el primer descubrimiento de estas ofrendas conservadas en gran altitud. Desde ese año el cuerpo momificado ha sido resguardado por el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). También ha sido objeto de distintos estudios científicos, como el realizado en 2021 en la Clínica Alemana, donde fue sometido a una tomografía y a exámenes dermatológicos. Los resultados sorprendieron a los investigadores y a los especialistas del museo. “El niño falleció por una muerte traumática. La tomografía reveló que el traumatismo craneoencefálico que sufrió probablemente lo habría Ilevado a la muerte”, señala Mario Castro, Director del MNHN a El Mercurio.
Estos hallazgos contravienen la creencia actual de una muerte pacífica por ingesta de chica o alucinógenos más la acción del frío en la altura. “En el imaginario de las personas está la creencia de esta muerte pacifica, que se produjo durante el sueño tras haber ingerido un brebaje. Este giro en la historia es algo complejo ya que pasamos a un trauma provocado por un tercero”. Sin embargo esta nueva hipótesis tiene apoyo en crónicas conocidas. “Los cronistas describen que habian distintas formas de provocar la muerte del ofrendado. Una de ellas era dejándolo en el lugar para que muriera de hipotermia; pero también se habla de estrangulamiento y de golpes que, generálmeme, eran en la cabeza”, explica Castro.
En cambio los exámenes de ADN, realizados por especialistas de la Universidad de Chile, corroboran la procedencia del niño y que estaba emparentado con las poblaciones de la zona centro sur del Perú, cerca del Lago Titicaca. Los exámenes del pelo reflejaron cambios de alimentación y se pudo determinar que el niño fue elegido meses antes de la ceremonio del Capacocha, para luego viajar hasta al valle del Mapocho durante seis meses, deteniéndose en poblados intermedios por cuanto esta era una ceremonia de Estado.
“Esto reafirma que estos niños eran seleccionados de familias nobles y enviados a estos rituales colonizadores y fundacionales.”, concluye Castro. (El Mercurio. 21.06.2024)