Paola González Trangol es pintora, artesana y monitora de talleres de artesanía. Ha desarrollado su labor fundamentalmente en las comunas de Puerto Montt, Fresia, Puerto Varas, y Frutillar, entre otras. Durante el año 2008 ejecutó el proyecto Fondart “Tejidos Ancestrales”, que reconecta su obra con las raíces originarias tanto por parte de su familia, como de la herencia multicultural de la Región de Los Lagos.
Actualmente está enfocada a fomentar el trabajo en diferentes grupos, especialmente mujeres, utilizando todo tipo de materiales para la elaboración de artesanías con impronta cultural, además de resguardar de estas técnicas a a través del conocimiento y aprendizaje.
Los caminos de la vida
El origen de las vivencias de Paola González Trangol, no comienza en la lluvia del sur, sino en la inmensidad del cemento de Santiago, donde su familia, que formaba parte de una comunidad evangélica, deciden viajar como congregación a colonizar terrenos en la costa norte de Aysén. La juventud de Paola más la fuerza patagónica de la naturaleza, no solo producen una gran cantidad de historias humanas, sino también van gestando en ella el interés por expresar sus vivencias, lo que observa, y los materiales que parecen estar allí como botados pero con suficiente energía para ser transformados en artesanías, una sensación que todavía no la abandona, “Veo un tronco tirado, y como que quiero hacer algo con él. Cuando veía los cueros de las ovejas me preguntaba cómo sería curtirlos, hasta que un maestro me indicó como era el proceso, me atreví y ahora también estoy curtiendo”.
De esta forma ha incursionado en cestería, greda, madera, textiles, vellón, incluso pintura al óleo. Sin embargo declara que lo que más le gusta es impartir talleres a gente como ella, particularmente mujeres pues con ellas aprende mucho, ya que sus alumnas comienzan poco a poco a recordar sus primeros conocimientos adquiridos desde pequeñas por la rama femenina de la familia. Como ejemplo, señala que sus alumnas han redescubierto la técnica del hilado, lo que en la práctica conlleva a aprovechar de mejor forma, la lana que el trabajo de campo va generando todos los años.
“A mí me motiva crear cosas. Por ejemplo, crear un cuadro para mí es un tiempo espectacular. Me gusta todo lo que puedo hacer con las manos, tengo como la necesidad de hacer algo creativo. Siempre me ha interesado el rescate de todo lo que tiene que ver con nuestras costumbres, con la identidad nuestra, de cómo hacer las cosas, de los materiales que se utilizan, de saber con qué planta se tiñe una lana. Yo creo que lo tengo en la sangre, puede ser por mi familia, mi origen”.
Paola es madre de 4 hijas y 5 nietos hombres, que probablemente trajeron el balance a su familia, originalmente de Puerto Saavedra, donde sus abuelos conformaron el matrimonio Trangol Raio, que hacían artesanías, como pilguas de chupón, y otros productos, que hacen creer a Paola, que de ellos heredó su amplio interés por la artesanía y el arte, del cual es autodidacta.
Los caminos de la creatividad
Inicialmente Paola comenzó con una rueca, a hilar, incorporando diseños textiles inspirados en la cultura mapuche. En base a su experiencia adjudicó, un proyecto Fondart con el objetivo de rescatar el proceso del tejido, desde el hilado hasta el telar. En ese entonces se había trasladado desde Aysén a Palena, y lamentablemente la ejecución del proyecto, coincidió con la erupción del volcán Chaitén, que comienza la noche del 1 de mayo 2008, devastando la ciudad y el trabajo del proyecto que incorporaba a la comunidad chaitenina, que en gran parte abandona la ciudad. Sin embargo para Paola, este no fue impedimento para culminar con éxito el proyecto, por cuanto le significó su traslado a Puerto Montt, y desde allí tejer socialmente sus redes para impartir talleres prácticos de “Tejidos Ancestrales”.
Producto de esta experiencia, comienza su interés de actuar como monitora en diversos talleres de artesanías, como telar, greda, madera y curtiembre, que actualmente dicta en Fresia, su actual comuna de residencia.
Su vivienda, en actual proceso de remodelación, es una hermosa casa de campo ubicada entre suaves llanuras a unos 10 kilómetros de Fresia. Allí dispone de un luminoso atelier para la pintura y el trabajo en telar, más un antiguo galpón con mesones y herramientas para desarrollar trabajos en artesanía.
Compartir conocimiento como patrimonio
Paola reconoce la importancia de mantener los saberes ancestrales tanto para contar con una definida identidad regional, como para contrarrestar la gran dependencia que tenemos de la tecnología, que incide que hay pocas cosas que sepamos elaborar nosotros mismos. Por ello resalta el rol de la mujer como fundamental en el resguardo de las tradiciones, especialmente en algunas ramas de la artesanía, como la cestería, la greda, los textiles, e incluso algunos más pesados como la curtiembre y la madera. En su experiencia en talleres que implican un mayor esfuerzo físico, como la madera, las mujeres inicialmente no se entusiasman mucho, aunque cuando ven que con herramientas adecuadas es posible crear objetos no solo decorativos, sino también prácticos como una ensaladera.
Sin embargo, está consciente que la apreciación del trabajo de la artesana o artesano, no es suficientemente valorada como para sustentar una economía familiar solo con producción de artesanías, aunque destaca que los turistas extranjeros suelen apreciar mejor su valor.