Kûme akuime pu kimche, pu kimeltuchefe, pu pichikelo, pu peñi ka lamuen…



Bienvenidos profesores, niños, hermanos y hermanas…, se indica en el sitio web intercultural editado por el Profesor de Educación Básica e Interculturalidad Hardy Ojeda Villarroel, originario de Piedras Negras, sector de Rupanco, en la Provincia de Osorno. Fue criado por su abuela, “hortelana, partera y artesana, que le inculcó ser autosuficiente, persevante, responsable ya cuidar del medioambiente, bajo la cosmovisión de su ascendencia mapuche”.

Las enseñanzas de su abuela probablemente le influyeron para estudiar pedagogía, tanto por su interés por enseñar a otros pero también en reconocer a la educación como una herramienta social para surgir en la vida, como justamente él lo habría de hacer, y sobre todo como una herramienta para los más sencillos, los más humildes, “los biculturales” como también denomina a quienes tienen arraigo en dos culturas.

Como docente de escuelas rurales, se especializó en gestión educacional, y obtuvo un postgrado en Educación Intercultural, y durante su vida profesional ha alcanzado diversos reconocimientos por su trabajo multicultural, por el desarrollo de la cultura, del medio ambiente y desde hace dos años es el actual Director de la Escuela Básica de la Comuna de San Pablo en la Región de Los Lagos.

Como investigador intercultural, de ascendencia mapuche williche, difunde esta cultura a través de www.kumunwilliche.cl, sitio web que contiene material didáctico e información de libre disposición para “profesores, niños, educadores tradicionales y público en general”. Este espacio virtual de educación intercultural guarda 3.000 archivos, como resultado de 25 años de investigación y recopilación. Estos contenidos están validados tanto por su trayectoria docente como por sus postítulos en Administración, Educación Intercultural y pasantías académicas en México y otros países.

Artesanía con representación de la bandera mapuche-williche

La educación de la gente del sur

Hardy Ojeda señala que la visión ancestral de los pueblos originarios es territorial, por ello las  diferencias entre la nación mapuche, o manifestaciones como le gusta explicar, dependen en gran medida del territorio que ocupan. Para los williches, el Fütawillimapu (Gran tierra del sur) comprende también la Región de Los Lagos, y se expresa en una variante del idioma mapuche el tsezungun. Como ejemplo de estas variaciones culturales indica que el laurel es considerado el árbol sagrado de la cultura williche y no el canelo, reconocido más hacia el norte, como otro de los árboles sagrados del pueblo mapuche.

De la misma forma, señala el profesor Ojeda, existen diferencias entre el concepto de educación de los pueblos originarios, en relación a la educación occidental que prevalece en Chile. Tradicionalmente la educación mapuche williche está fundamentada en la experiencia, es holística, con un fuerte vínculo con la naturaleza y los astros. Por su parte, la educación tradicional se basa en modelos  exógenos. En consecuencia es una estructura parcelada, impuesta, vertical, muy teórica, que no promueve la identidad y los valores filosóficos existenciales del ser humano.

“El pueblo mapuche williche se genera a través de esa simbiosis perfecta entre la naturaleza y los astros, desde una perspectiva cosmogónica ancestral. Según las creencias, los pueblos, la gente, nace de ese contexto, de una creación divina, mística, de la tierra, del universo, del cielo, por lo tanto están siempre en sintonía con estos elementos”. Por estas razones explica que “siempre está presente el yamegun o respeto y el kume mogen, que es el buen vivir, justamente los elementos que hoy en día la ciencia está utilizando para salvar a la humanidad de la autodestrucción”.

Si bien reconoce que en el transcurso del tiempo se han producido cambios positivos en la percepción hacia los pueblos originarios, y que a nivel sistémico se ha avanzado en temas sociales, en acceso a la educación, incluso en la enseñanza de la lengua materna, todavía como país se mantienen deudas al no ser reconocidos en la Constitución, como sí se reconocen en México, Ecuador y otros países.  Sin embargo puntualiza que, social y económicamente, las diversas naciones que coexisten en estos países en la mayoría de los casos tienen índices de desarrollo menores a los alcanzados actualmente por los pueblos originarios de Chile, por ello es imperioso “integrar a todos al desarrollo económico y productivo del país”.

Desde el punto de vista de la educación actual, Hardy Ojeda, destaca que “están dadas las normativas de incorporar las lenguas originarias en el currículo. Sin embargo, falta la otra etapa de ir fortaleciendo la generación propia, territorial, de material educativo, de incorporar a los kimche, a los sabios, a este proceso” En definitiva “de cambiar el paradigma de la educación actual a una educación que sea más inclusiva, transversal,holística, integracionista,que aglutine todos estos elementosy también el respecto a la naturaleza”.

Aunque también destaca aspectos positivos de la actual política educacional que incorpora desafíos en la labor docente, especialmente para los profesores interculturales, como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) que es una metodología que equilibra el aprendizaje teórico de conocimientos con la adquisición de habilidades prácticas. En su opinión, esta metodología constituye una buena herramienta para poder incorporar material educativo intercultural y que además se alinea justamente con la práctica tradicional de la cultura mapuche.

Escultura Comuna de San Juan de La Costa

Patrimonio, una herencia ancestral

El profesor Ojeda es crítico de diferentes instituciones que entran en contacto con el patrimonio de los pueblos originarios, por cuanto opina que este ha sido sistemáticamente sustraído por la cultura occidental, por universidades e investigadores, que actúan desde afuera hacia el interior de las comunidades, que tradicionalmente mantienen el conocimiento ancestral. En cambio, señala, se puede crear una simbiosis para obtener un beneficio común entre diferentes culturas. En el caso del patrimonio mapuche williche, pone como ejemplo, la agricultura, que incorpora los ciclos lunares en la siembra, o en la salud, a través del conocimiento indígena de hierbas medicinales, entre otros elementos.

“Las deidades que guían a los pueblos originarios, en este caso mapuche williche, están centrados en algunos elementos, la luna, el sol, las estrellas. La luna es un elemento importantísimo porque está vinculado a la naturaleza, a la producción, a los vegetales. El sol tiene mucha incidencia en cuanto a la energía, más otros elementos que guían y orientan el quehacer, la vida y el sustento diario”.

Finalmente constata a modo de conclusión, que hay que crecer con identidad en el actual mundo globalizado, y que es imperioso tener y desarrollar una identidad propia, pues un pueblo sin identidad es un pueblo sin alma, sin memoria.


Visitar sitio web intercultural Kumün Williche

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