El legado de diferentes culturas en la Región de Los Lagos

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El desarrollo del patrimonio regional es una compleja superposición de culturas diversas, cuyos componentes se remontan incluso hasta la prehistoria más remota del continente americano. En efecto, los sitios arqueológicos muestran evidencia de comunidades humanas en la región hace miles de años atrás. Posteriormente se asientan los huilliches en el territorio, luego comienza la llegada de los conquistadores españoles, para siglos después iniciar los procesos de colonización, para finalmente dar paso a la inmigración interna contemporánea atraída por la actividad agrícola, ganadera y turística además del desarrollo de la industria salmonera.

Si bien este legado tiene luces y sombras, culturalmente ha sido potenciado por la presencia de pueblos indígenas ancestrales, la conquista española, la completa incorporación del territorio luego de la independencia de Chile, y la posterior migración europea que confluye en un mestizaje cultural único entre las regiones del país.

Un legado desde la Era del Hielo
Los sitios arqueológicos de Monte Verde, ubicado en la Comuna de Puerto Montt, y Pilauco en la Comuna de Osorno entregan evidencia sobre los primeros habitantes del sur austral, que sobrevivían bajo condiciones climáticas diferentes a las actuales, por cuanto hace más de 15.000 años atrás, recién el Pleistoceno comúnmente conocido como la Era del Hielo, comenzaba su retirada.
En este ambiente con los hielos en retiro, van emergiendo no sólo los actuales valles, sino también islas, fiordos y canales, mientras emergen lagos y los ríos que comienzan a ocupar sus cauces definitivos.

En opinión del arqueólogo Simón Sierralta, estos grupos que habitaban la actual provincia de Llanquihue convivían con un ambiente distinto al actual. “En ese período los glaciares alcanzaban las cotas bajas de la cordillera y los volcanes, y los niveles del mar eran más bajos. El paisaje era más parecido a la región magallánica actual, con predominio de pastizales y parches de bosques abiertos”. (La Tercera. 06.04.2023)

Estos primeros grupos humanos eran nómades y su subsistencia se basaba en la recolección y la caza, vale decir recolectaban su alimento directamente desde la naturaleza, por cuanto todavía no se inventaba ni la agricultura, ni la domesticación de animales.

De acuerdo a diversas fuentes, vivían en varios grupos relativamente pequeños, distribuidos en un territorio más amplio aunque manteniendo relaciones entre sí. Elaboraban sus herramientas con maderas, cueros, huesos animales y piedra. Como vivienda utilizaban una especie de carpas hechas de cuero con estructuras de madera y huesos.

Dada la necesidad de conocer la naturaleza, fuente única de su supervivencia, poseían un amplio conocimiento sobre las plantas, que aprovechaban para su dieta y usos medicinales. Cazaban en grupos presas de la fauna pleistocénica extinta, como el Gonfoterio.

Cazadores recolectores Monte Verde, sitio arqueológico de la Región de Los Lagos

Una herencia desde el mar
Los Chonos es la siguiente cultura que deja vestigios en la región. Esta era una comunidad indígena caonera que habitó y navegó el área comprendida entre el archipiélago de Chiloé hasta la península de Taitao en la Región de Aysén.

De acuerdo a diferentes investigadores, los Chonos practicaban una vida nómade marítima, desplazándose constantemente por los canales y fiordos, bordeando las costas de los diferentes archipiélagos australes. Generalmente estas comunidades caoneras desarrollan brazos fuertes, aunque con piernas más débiles, por cuanto se mantenían en sus canoas gran parte de su vida, haciendo de ellas su hogar.

La evidencia de la cultura chona está confirmada por numerosos sitios arqueológicos, siendo los más distintivos los conchales, como el Conchal del Puente Quilo en Ancud, datado en más de 6.000 años de antigüedad, y que atestigua la larga tradición recolectora de estas comunidades.

Los Chonos eran nómades caoneros desplazándose por los canales y fiordos de Chiloé y Aysén

El pueblo Williche, Gente del Sur en mapudungún, es un grupo indígena que forma parte de la cultura y nación Mapuche. El territorio Williche abarcó desde el río Toltén, aunque algunas fuentes indican como frontera norte el río Bueno, hasta el archipiélago de Chiloé.
Actualmente las comunidades Williches se concentran principalmente en las provincias de Osorno y Chiloé, y en menor medida en Llanquihue. Inicialmente por su gran adaptación a los ecosistemas sur australes desarrollaron una cultura ligada tanto al mar como a la tierra, que primeramente se mezcla con el contacto con los chonos, y posteriormente con los europeos, produciéndose un mestizaje que hoy reconocemos como la cultura chilota.

Detalle de una de las banderas williche utilizadas por diferentes comunidades

El mestizaje cultural de la región
El pueblo chono a la llegada de los españoles todavía habitaba las costas australes, aunque ya estaban siendo asimilados por los williches. En 1710 los jesuitas trasladaron unas 300 familias chonas a la isla Guar, y posteriormente a las islas de Chaulinec y Apiao, donde se perdieron los últimos rastros de su cultura.

Tan solo una década después de la fundación de Santiago, Pedro de Valdivia envía a Francisco de Villagra y García Hurtado de Mendoza a explorar el sur austral en búsqueda de mayores riquezas pero también buscando una conexión con el Estrecho de Magallanes, que era reconocido como un enclave estratégico.

Los primeros exploradores fundaron asentamientos como Osorno, Ancud y Castro. Sin embargo encontraron una fuerte resistencia de los williches, lo que dificultó la consolidación española en la en este territorio durante mucho tiempo.

La expedición de García Hurtado de Mendoza en 1558, fue crucial para la conquista y colonización de Chiloé, una isla clave en la región, que se mantuvo en manos españolas, incluso después de la Independencia de Chile. En efecto Chiloé fue el último bastión español incorporándose formalmente a la soberanía de Chile en 1826 tras la firma del Tratado de Tantauco.

Detalle de un mapa de América del Sur del siglo XVI, período conocido como el “Siglo de los Descubrimientos”

Las tierras sin explorar de la independencia
Al momento de la Independencia de Chile, las llanuras ubicadas entre Osorno y Carelpamu, además de la costa y la Isla de Chiloé eran bien conocidas. Sin embargo los territorios ubicados hacia el sureste, la actual la zona del Lago Llanquihue y el Seno de Reloncaví, se mantenían como terra incógnita, vale decir era un territorio inexplorado totalmente desconocido.

Conscientes que esta situación podría ser el origen de una debilidad geopolítica, el Estado de Chile implementó una política activa para incorporar todo el territorio nacional, además de poblarlo como una forma de ejercer soberanía.

Por ello la toma de posesión del Estrecho de Magallanes en 1843, nuevamente incidirá en el conocimiento y poblamiento de la actual Región de Los Lagos.

Uno de los primeros exploradores contratados por el gobierno fue el naturalista Bernardo Eunom Philippi quien exploró los lagos interiores de Osorno, redescubriendo el Lago Llanquihue que había sido completamente cubierto por el bosque nativo.

Colonización
En 1845 se dicta la Ley de Tierras, que autorizaba al Estado a entregar predios a colonos nacionales y extranjeros, impulsando la inmigración, además de iniciar la ocupación y la colonización de la región.
Vicente Pérez Rosales fue designado Agente de Colonización y junto a Bernardo Philippi, exploró el territorio entre Osorno y el Seno de Reloncaví. Pérez Rosales eligió la playa de Melipulli para fundar el puerto que en 1853 oficialmente se convertiría en Puerto Montt .

La elección del lugar fue para disponer de un puerto de entrada además de una vía de conexión cercana hacia el interior del lago Llanquihue, la cual se estaba transformando en el centro de la colonización alemana. De esta manera, disponer de un puerto en el Seno de Reloncaví también era una conexión marítima estratégica para apoyar el proyecto colonizador.
Adicionalmente se diseñaron y ejecutaron obras públicas para facilitar el poblamiento y la economía, como la construcción de un camino desde Osorno al Lago Llanquihue, inicialmente con una embarcación para cruzar el lago hasta su ribera sur, aunque luego se construyó un camino que continuaba hasta Puerto Montt.

De entre las muchas consecuencias económicas, sociales y culturales de estas medidas, una de las más importantes es que el eje de la región se traslada desde el oeste al este. Vale decir el antiguo eje conformado por el Camino Real en tiempos de la colonia, que unía Valdivia, Osorno, cruzaba por Los Muermos y Maullín hasta llegar a Carelmapu, se traslada el actual eje que conforma Osorno, Puerto Varas y Puerto Montt.

En noviembre de 1852, los primeros colonos alemanes llegaron por mar a la rada protegida por la Isla Tenglo, un año antes de la fundación oficial de Puerto Montt . A los colonos se les entrega no sólo tierras, sino también importantes franquicias tributarias, herramientas y diversas facilidades por el Estado de Chile.

A pesar de esta ayuda, es importante destacar la entereza de los colonos y colonas,probablemente enfrentados a un verdadero shock cultural en uno de los territorios más desconocidos del planeta en ese entonces. Sin embargo pudieron transformar la selva en tierras cultivables, con ayuda del trabajo de los chilotes, emigrantes por naturaleza, que ya se encontraban en el territorio.
De acuerdo a diferentes crónicas, luego de una década el Lago Llanquihue ya estaba totalmente rodeado de cultivos, se fundan ciudades como Puerto Varas, Puerto Octay e incluso se abren rutas de conexión lacustre a través de los lagos hacia Argentina.

Monumento a la Colonización Alemana, Puerto Montt

Una legado desde varias vertientes
En general la identidad de la Región de Los Lagos está ligado a su naturaleza y cultura, aunque también es un territorio de convergencias y cruces entre diferentes culturas, como la mapuche-huilliche y chilota; la española, alemana y europea, más la migración interna de chilenos y chilenas que adoptan esta región como propia, para crear una comunidad mestiza y pluricultural.