La importancia del cuidado ciudadano de nuestro patrimonio

Nuestra herencia cultural proviene de los pueblos originarios que poblaban el territorio nacional antes de la llegada de los europeos y está presente de manera intangible en nuestro idioma, música, gastronomía, cosmovisión. En forma tangible, la encontramos en forma de petroglifos, geoglifos, edificaciones y otros.

Todo este conjunto forma parte de nuestro patrimonio, el que de acuerdo a la Unesco es el legado que “recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitiremos a las generaciones futuras”.

Si nos comparamos con otros países latinoamericanos, como Perú o México por ejemplo, puede parecer que nuestra herencia precolombina es poco significativa, no obstante, como señala el arqueólogo Rubén Stehberg en una entrevista a Premagallania “este país está repleto de sitios arqueológicos, aquí durante 15.000 años vivió gente y dejó testimonio por todos lados, por tanto, el Estado jamás podrá hacerse cargo de 50.000 sitios de un momento a otro”.

En ese aspecto, el profesional hace referencia además a lo urgente que debe ser para el Estado chileno, propiciar diversas formas de reconocimiento de parte de la ciudadanía de esta herencia, porque el patrimonio debe ser reconocido como tal por la población, especialmente por las nuevas generaciones para que se involucren en su conservación y protección.

Como ejemplo, muchos artistas y chefs trabajan en mantener y recuperar elementos culturales en sus expresiones artísticas y culinarias. Lo que parece menos desarrollado, es la conciencia ciudadana sobre el valor de nuestro patrimonio, especialmente en relación al que se ubica en el espacio público, al aire libre o en zonas apartadas, donde muchas veces se produce vandalismo, saqueo y tráfico.

Vandalismo

Este es un fenómeno transversal, como los siguientes casos señalados en la prensa, lo indican:

  • El decano de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Francisco Covarrubias, fue formalizado en mayo del presente, por daños al geoglifo Gigante de Tarapacá.
  • Turistas chilenos y belgas en enero de este año, fueron condenados a 3 años de presidio menor y a una multa de aproximadamente 6 millones de pesos, por daños al mismo monumento.
  • Grafiteros dañan de forma irreparable pinturas rupestres en Las Cuevas de Anzota en Arica, en 2018.
  • Petroglifos de Chillayza son rayados en 2017.
  • Se destruye el sitio arqueológico en Punta Teatinos, en 2016.
  • El Concejal Luis Martínez raya un sitio arqueológico en Huara en 2015.

Turismo
Actualmente un fenómeno en alza es el vandalismo, que en el caso del patrimonio precolombino en muchos casos está asociado al desarrollo del turismo. En efecto la mayoría de los visitantes desconocen la legalidad que protege al patrimonio y manifiestan escasa conciencia cultural. Un pueblo interesado e informado no destruye los vestigios de su propio pasado, señalaba el arqueólogo inglés Philip Arthur Rahtz, en 1989.

Esto no debe necesariamente ser así, ya que turismo y patrimonio cultural pueden ser excelentes aliados. Los paisajes y atractivos naturales son un motivador importante para viajar, pero no el único: la identidad, el patrimonio, la cultura, constituyen atractivos tanto o más importante que el entorno natural. Una de las tendencias más importantes del turismo, es la experiencia de conocer y convivir con otras culturas, y qué mejor vitrina que los vestigios precolombinos que dan luces del arte, modo de vida y cosmovisión de nuestros antepasados que se pueden reconocer aún hoy en nuestra cultura mestiza.

Desde esta perspectiva, uno de los mayores retos del turismo en nuestro país es contribuir a la valorización y protección del patrimonio en general y de los vestigios arqueológicos precolombinos en particular. Y no solamente por altruismo, sino como valor comercial al tratarse de un atractivo turístico en aumento.

En el país existen diversas iniciativas que buscan poner en valor cultural y turístico, como por ejemplo el Proyecto Escallonia, que ha editado la “Guía Práctica Ilustrada de Arte Rupestre de la Región de Tarapacá. Entre laderas, senderos, oasis y el mar”. El Gobierno Regional de Los lagos ha diseñado un circuito turístico arqueológico y paleontológico que integra los sitios Monte Verde en Puerto Montt y Pilauco de Osorno.

Existen también ejemplos donde esta vinculación turismo – patrimonio encuentra trabas burocráticas o donde los ingresos generados sobre todo a escala local, no llegan a ser suficientes para que los gestores se dediquen a poner en valor el patrimonio precolombino, pero aun así, parece claro para muchos especialistas esta puede ser la relación virtuosa que puede contribuir efectivamente al cuidado y conservación del patrimonio.