El Comité del Patrimonio Mundial de Unesco incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial los Asentamientos y Momificación Artificial de la Cultura Chinchorro en la Región de Arica y Parinacota. La decisión se tomó por cuanto el sitio representa los vestigios de una sociedad cazadora-recolectora marítima ya desaparecida, pero que expresó la idea de trascender la muerte a través de la práctica de la momificación artificial más antigua de la humanidad.
El Comité reconoce el Valor Universal Excepcional por cuanto significa un ejemplo sobresaliente de la interacción de un grupo de cazadores-recolectores marinos en uno de los ambientes más secos del mundo, que entregan un testimonio único de la compleja espiritualidad de la Cultura Chinchorro, que se expresa en su práctica de momificar a sus muertos, como una forma de mantener su recuerdo.
Emilio Rodríguez, Rector de la Universidad de Tarapacá, una de las instituciones que postulo la Cultura Chinchorro ante la Unesco, destaca “este gran logro para el país y para nuestra Región. En efecto, incluir a los asentamientos de la cultura Chinchorro en la lista de Patrimonio mundial de UNESCO es la resultante de un trabajo de décadas. Reconocemos el esfuerzo de nuestros investigadores y de sus equipos, así como el esfuerzo de las instituciones regionales y nacionales, que han apostado por potenciar a la cultura Chinchorro. En esta magnífica ocasión reiteramos nuestro total compromiso con el rescate, conservación y puesta en valor permanente de nuestra milenaria cultura, que hoy saluda a la humanidad toda”.
Los asentamientos de la Cultura Chinchorro nominados como Sitio de Patrimonio Mundial son tres: Faldeos del Morro (1) y el Museo Colón 10 (2), los que se encuentran en el entorno urbano de Arica y destacan por ser los cementerios más importantes y representativos de la tradición funeraria Chinchorro-, y se suma la desembocadura del río Camarones (3), ubicado en la zona rural de la comuna de Camarones, donde es posible encontrar distintos vestigios de esta cultura, tantos funerarios como habitacionales, los que se conservan en un ambiente y paisaje similar a la época que lo habitaron. (Patrimoniocultural.gob.cl. 27.07.2021)
Cultura Chinchorro
La cultura chinchorro se asentó entre la costa sur del Perú y la costa de la Región de Antofagasta en Chile. Esta es un área de extrema aridez, aunque rica en recursos marinos y con tierras cultivables en las diferentes quebradas que en esta zona llegan al mar.
Los chinchorros se especializaron en la explotación de recursos marinos, desarrollando diferentes herramientas como anzuelos de espinas de cactus, puntas de arpón fabricada de huesos.
La resolución de la Unesco señala que “se han encontrado herramientas de materiales minerales y vegetales, así como simples instrumentos de hueso y conchas” que les permitieron una “explotación intensiva de los recursos marinos”. Las publicaciones del Museo Chileno de Arte Precolombino destacan que “a partir de tumores encontrados en los oídos de las momias de la época, se sabe que buceaban a gran profundidad”. Respecto a su organización social, se estima que se reunían grupos pequeños de entre 30 y 50 personas aproximadamente, probablemente emparentadas entre sí.
Momificación
Esta cultura empleaba complejas técnicas mortuorias, que indican la importancia que le entregaban al culto de sus antepasados y sus muertos en general, por cuanto también momificaban a niños pequeños fallecidos.
El proceso se iniciaba con la extracción de los órganos y las vísceras del difunto para ser sustituidos por vegetales, lanas y otros materiales. También extraían el cerebro, el cuero cabelludo y la piel de la cara, para posteriormente remodelar el rostro, insertando una peluca confeccionada con pelo humano y se le le vestía con ropas de tejido vegetal. Finalmente, el cuerpo era cubierto con una capa de arcilla.
Al comienzo de esta práctica solo momificaban a los recién nacidos y a los niños, que acompañaban en su muerte con pequeños muñecos de barro. En el apogeo de la Cultura Chinchorro, hacia el año 3000 A.C. comenzaron a momificar a todos sus muertos, independientemente de sus edades.