Dra. Carola Flores “La arqueología entrega espacios de asombro bien bonitos”

Investigadora del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas.

“La arqueología entrega espacios de asombro bien bonitos”

El Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), es un centro regional de investigación científica y tecnológica de la Región de Coquimbo nacido hace 15 años, el que gracias a un trabajo colaborativo con la comunidad ha profundizado en temas específicos del  lugar y la población local. Conversamos con la arqueóloga Carola Flores sobre el actual proyecto que están trabajando con la comunidad de Guanqueros.

¿De dónde nace el trabajo para resguardar el patrimonio cultural en Guanaqueros y cómo se vinculan con la comunidad?

Yo como arqueóloga desarrollo varios proyectos tanto en la zona como en otras partes, pero en específico el trabajo que hemos hecho en Guanaqueros es un trabajo realizado en conjunto con Paloma Núñez del Área de Ciencias Ciudadanas de CEAZA y Jocelyn Inostroza, vecina de Guanaqueros y autodidacta en el tema de la puesta en valor y conservación del patrimonio. Actualmente está cursando un diplomado en Santiago.

Esto se remonta a tres años y quizás más cuando Jocelyn se comunica con CEAZA para solicitar una reunión para hablar sobre los restos arqueológicos que ella y la comunidad local conocían. Querían saber qué medidas existían para protegerlos y ponerlo en valor. Después de eso con  dos colegas más fuimos a Guanaqueros y nos reunimos con Jocelyn y otras personas de la comunidad, quienes nos llevaron a  recorrer los sitios arqueológicos que ellos consideraban importantes cerca del pueblo y  alrededores, que estaban generalmente en las rutas de sus paseos de fines de semana desde siempre.

Fuimos e hicimos una prospección, que es un registro superficial de los sitios arqueológicos que se encontraban, se tomaron fotografías, se registraron y describieron de acuerdo a sus características principales, con el fin de identificar los elementos arqueológicos más relevantes y darle un contexto arqueológico tanto regional como nacional. La gente que vive ahí los había visto toda su vida, pero a veces cuesta desde lo local y lo cotidiano ver el valor que puedan tener tanto para la comunidad como para la gente que viene a estudiarlo de afuera.

Después hicimos una entrega del informe a la comunidad con personalidades regionales, locales y juntas de vecinos. Fue súper bonito el recibimiento porque a pesar de que toda la gente conocía los lugares, era el hecho de que nosotros como arqueólogos hayamos estado allá y contado la relevancia que tienen los distintos sitios, que eran en su mayoría sitios arqueológicos tipo conchales, que son áreas domesticas donde la gente depositaba todos los restos de sus actividades, tanto recursos naturales utilizados, como artefactos. Eso, y además, piedras tacitas que son grandes bloques de piedra con orificios que fueron utilizados como áreas para moler pigmentos y semillas. De esos dos sitios había mucho alrededor de  Guanaqueros, así como en la misma zona urbana. Por lo tanto era sorprendentemente densa la cantidad de sitios arqueológicos en un área que además estaba al lado del retén de carabineros, al lado del punto limpio, o sea, era parte del mundo cotidiano de la gente, eran igual que un poste, ya no lo veían. De hecho, había algunas piedras tacitas que tenían pandereteas arriba,  que tenían basura, escombros. Entonces de alguna forma la gente al ver que nosotros llegamos ahí a partir del llamado de la gente de la comunidad y al contarles lo relevante de todos esos sitios para nosotros, fue una recepción súper positiva y  con ganas de seguir trabajando en eso, de poder hacer algo en relación a su protección, al reconocimiento desde la comunidad y a la protección desde el Estado, como leyes, etc.

¿Antes de este proyecto no había ninguna puesta en valor arqueológico de estos elementos?

Los sitios arqueológicos de Guanaqueros fueron excavados por 1940. Cuando Guanaqueros era más pequeñito estaba rodeado de un gran cementerio que fue excavado a mediados de 1900 y fue súper importante, de hecho en ese momento estaba el Museo Arqueológico de La Serena que tenía un boletín científico donde fueron publicadas las excavaciones y los análisis de esos sitios. De hecho aún se pueden encontrar ahí y en algunas plataformas en internet. Entonces había antecedentes no muy recientes de investigaciones de gran relevancia para la prehistoria de la costa norte de Chile con sitios arqueológicos de Guanaqueros. Luego, en los últimos 10 años unos colegas de la Universidad de Chile han estado desarrollando estudios arqueológicos, pero de más al interior de la región con algunas visitas alrededor de Guanaqueros. O sea desde mediados de 1900 no había una investigación enfocada en Guanaqueros, a pesar de que hay muchos sitios arqueológicos y ahora fue un interés desde la comunidad, donde nosotros los acompañamos a construir este relato arqueológico patrimonial del pueblo. 


Piedras tacitas. Guanaqueros

 

¿Qué sentido crees que tiene para la comunidad local tener hoy en día este relato arqueológico patrimonial de Guanaqueros mucho más presente? ¿Se ha logrado permear, por ejemplo, a los colegios?

Después de estos dos informes, hicimos con los colegas una publicación en una revista arqueológica para que también tuviera una contraparte más académica, que para bien o para mal, le da más peso a acciones que después uno quiera tomar en relación al patrimonio, a la puesta en valor. Pero esta acción yo creo que fue súper relevante porque es muy específica igual, Guanaqueros es pequeñito, es muy turístico, entonces hay muchos emprendimiento pequeños locales especialmente de la gente del pueblo, quienes querían rescatar o desarrollar muchos más elementos turísticos y que no fuera solamente la playa y el verano sino que también otros elementos y que además sean sustentables y que sean manejados desde la comunidad, porque también para un turista es mucho más entretenido que el guía sea una persona de ahí y que no venga de otro lado.

Entonces, es interesante desde el punto de vista de enriquecer el aspecto turístico del pueblo, pero con un interés patrimonial. Hay gente que cada vez más se ha ido organizando en torno a estos objetivos, porque también han visto que se puede, porque antes veían los sitios arqueológicos, pero no sabían qué hacer con eso ni se imaginaban que a alguien le pudieran importar, pero cuando alguien viene de afuera y les muestra que efectivamente hay gente de otros lados que pasea buscando sitios arqueológicos como paseos turísticos con todos los resguardos, se dan cuenta de que sí puede tener un futuro y que sí vale la pena que invierta y me organice.

Hace pocas semanas postulamos a un fondo de turismo cultural basado en el patrimonio arqueológico, porque vemos que hay una cosa que está latente, pero tiene que estar canalizada, o sea, yo hago el tur, pero qué digo y cómo cobro, las ganas es una cosa pero los pasos para poder lograrlo es diferente, pero en el pueblo se ha dado una dinámica enriquecedora para los dos lados.

¿De qué otras formas se dieron a conocer estos conocimientos sobre el patrimonio en la comunidad?

 Lo que hicimos entre la primera vez que fuimos y hasta antes de la pandemia, es que a través de CEAZA y de Paloma Núñez, se incluyera en las actividades de ciencias ciudadanas que ya tiene el Centro en la región y en Guanaqueros, y que tiene que ver mucho con el área marina o con los humedales; incluir la parte arqueológica y patrimonial en actividades con la escuela; también habían unos festivales de invierno que se realizaban y donde estaba siempre la parte patrimonial. Espero que retomen el otro año.

CEAZA tiene un CEAZA Móvil que es una camioncito, que es como un laboratorio móvil y en varias ocasiones hicimos actividades asociadas al patrimonio con la escuela, abierto para todo público. Entonces se están haciendo actividades constantes de parte de CEAZA como también desde la comunidad pidiendo apoyo y trabajo en conjunto.

Según tu parecer ¿por qué es necesario rescatar los vestigios y la cultura precolombina hoy en día?

Bueno, cuando uno conoce el pasado, lo que ha sucedido, encuentra uno un contexto de dónde está, especialmente cuando son comunidades pequeñas. Por ejemplo, si yo vivo en Viña, Viña es una ciudad grande, es difícil que haya un vínculo con algún vestigio arqueológico, pero cuando las comunidades son pequeñas y conocen el pasado de las comunidades que vivieron en ese mismo lugar, de alguna forma me permite contextualizarme en el tiempo, en el espacio y también con cierto vínculo cultural al territorio. Ya no es solamente decir qué linda la playa, sino que donde está carabineros, la posta o el punto limpio, hay diez piedras tacitas donde hace 2000 años 50 personas estaban moliendo pigmentos apara adornarse o moliendo semillas para alimentarse….chuta! Te amplía el universo en el cual tú estás.

También he visto a partir de la experiencia en Guanaqueros, que fortalece la sensación de  cohesión social y de identidad personal y grupal. Empiezas a querer cuidar tu lugar, te vincula con el otro, tiene un efecto positivo social grupal presente súper potente, y además es muy sorprendente conocer cómo éramos nosotros antes. En realidad no teníamos idea de qué hacíamos, ni cómo lo hacíamos, ni cuántos miles de años ha habido gente en el lugar, cuán persistentes han sido las formas de vida o cómo han cambiado, el arte que hay. La arqueología entrega espacios de asombro bien bonitos, sumado a un sentido de identidad, de pertenencia, a algo que nos cohesiona como comunidad.

Según las investigaciones la Cuarta Región es una zona muy rica en vestigios precolombinos,  pero ¿hay algo especial en el sector de Guanaqueros o se extiende a toda la región?

La Región tiene mucha información arqueológica para mí como investigadora y también atractivos turísticos arqueológicos que dentro del desarrollo turístico cultural no se le ha puesto mucho énfasis. De hecho, hay un sitio maravilloso que es el Valle del Encanto que está camino a Ovalle, es un oasis con petroglifos bien sorprendente y en realidad muy poca gente lo conoce.

 


Restos de conchales. Guanaqueros


Interés arqueológico de Guanaqueros

Así como están estas piedras tacitas en un lugar muy acotado, también había en Guanqueros un gran cementerio hacia el este del pueblo. Era una bahía muy relevante hace 4000 años, con llegadas de agua dulce a una bahía muy protegida que hace que los ecosistemas sean súper productivos. Entonces Guanaqueros en específico es interesante desde el punto de vista arqueológico, pero además está dentro de un contexto de vestigios arqueológicos regionales, a los que todavía no se le da la relevancia que tienen. La razón de por qué  nosotros postulamos a este proyecto cultural es para poner un punto más en un posible circuito arqueológico que podría existir en la Región, turístico-arqueológico. Tiene obviamente un beneficio turístico, pero también hace que la gente local cuando tiene visitas de los extranjeros, no solo de otros países, sino de su localidad, de alguna forma va poniendo más en relevancia su lugar, se preguntan por qué la gente quiere venir para acá, qué tiene de interesante. Entonces, es un vínculo enriquecedor para todos lados.

¿El turismo cultural es al mismo tiempo una opción frente a la demanda laboral existente en la zona y una alternativa frente a la instalación de grandes proyectos económicos que se pretenden instalar en el territorio? Un ejemplo es Dominga y otros prospectos mineros en el Valle del Elqui ¿son compatibles ambas vías de desarrollo?

Van en contra del turismo cultural que tú quisieras hacer. Claro, tener a una minera al lado probablemente ya no va a ser tan atractivo

¿Y cuál debiera ser el rol de Estado para impulsar la preservación de la cultura y el patrimonio como una forma de desarrollo más sustentable y  armónico con la naturaleza versus la imposición de proyectos externos,  ¿son incompatibles?

Es que no son incompatibles, el problema es que las escalas de tiempo en las cuales se piensan son distintas. Yo creo que ese es el problema, pensar a escala muy corta, porque si piensas a escalas largas claramente es más rentable quizás tener un turismo sustentable cultural que te va a durar por generaciones, hasta que se muera el planeta completo, versus tener estos proyectos muy acotados con mucho dinero que efectivamente van a emplear a mucha gente, pero que luego van a desaparecer. Además, el tiempo pasa muy rápido y en 100 años va a estar ahí el esqueleto de la minería y no habrá nada más que hacer. Entonces, el problema está en esta proyección a largo plazo que no existe en las autoridades, porque cambian cada 4 años, lo cual también está bien, pero no hay una reglamentación para proyectar las actividades o los planes a una escala humana más larga.

¿Se tendría que implantar una visión distinta que busque preservar la cultura y la naturaleza, inyectando recursos, capacitaciones, etc. En definitiva, voluntad política?

Hay hartos fondos chiquititos para el turismo cultural, para el turismo ambiental, pero todo es migajitas para cosas chicas. Solo se consideran estos otros grandes proyectos como los salvadores de la economía, cuando en realidad si tú mueves un poco más el foco, si dejas de pensar en el turismo cultural como migajas -que además no dura nada y que claramente no se sostiene en el tiempo- probablemente puede haber una idea de turismo sustentable cultural a largo plazo con inyección de recursos mayores de manera que sea realmente algo que se mantenga, pero es como un principio de cómo invertir.

¿Conoces alguna experiencia donde la comunidad haya podido organizarse y llevar adelante un proceso de turismo sustentable?

No se me viene ninguno a la cabeza, pero probablemente deben ser lugares sin mucho interés minero, que nadie los ha ido a molestar y que han podido hacer sus cosas, porque o sino, es difícil.

LOS ANTECESORES DE LOS PESCADORES ACTUALES DE LA ZONA NORTE

Estás trabajando también en un proyecto de arqueología de los grupos pescadores de la zona norte y recolectores de la costa de Chile. Cuéntame un poco de eso, ¿como aporta a la historia local, a la historia cultural?

Ahora está terminando el primero de 3 años de un proyecto Fondecyt de investigación arqueológica sobre los grupos de pescadores de la zona norte de Chile, enfocado en un artefacto, que es el anzuelo de pescar.

El primer anzuelo tal como lo conocemos aparece en las costas de Chile hace alrededor de 7.500 años y desde ese momento se desarrolló durante 3.000 años esta tecnología, la que fue cambiando en algunos aspectos. Luego se cambió la materia prima con que se hicieron los anzuelos. Primero se utilizaba una concha de choro zapato, después espina de cactus y después se aplicó el metal. Pero la aparición de este artefacto, como lo hacían, quiénes lo hacían y cómo era la dinámica de obtención de la materia prima por parte de estos pescadores artesanos, es lo que yo estoy estudiando desde hace un año con un equipo de trabajo donde hay sociólogos y arqueólogos. Es bien interesante porque conocer la tecnología ancestral de los grupos de pescadores actuales, es como una máquina del tiempo, tener este artefacto y  verlo en el presente y en el pasado.  

En los sitios arqueológicos encontramos los anzuelos, pero no encontramos ni el hilo que se ocupaba ni el pescado que se logró sacar con el anzuelo, tampoco están los pescadores ni artesanos que los hicieron, entonces de alguna forma hay que buscar las herramientas que utilizaron para poder reconstruir la historia. Eso lo estamos haciendo a través de la etnoarqueología, que es fabricar el anzuelo hoy como réplicas igualitas a las del pasado y luego ir a pescar con pescadores actuales y ver con su expertise, pero con este artefacto que no es el que usan actualmente, qué pescan, dónde pescan y para qué les sirven. Y a lo mejor no sirven para nada y no se ocuparon nunca para pescar y fueron amuletos, adornos. También puede ser.

¿Y cómo ha sido recibido este trabajo por los pescadores actuales que han tenido la experiencia de ir a pescar con estos anzuelos?

En la etapa que estamos aún no vamos a pescar; estamos haciendo los anzuelos lo que tampoco es simple, porque hay que hacerlos como se hacían en el pasado, con sus herramientas. Entonces la primera etapa es la producción de los artefactos con piedras para luego ir a pescar. El artesano que está haciendo los anzuelos se lesiona la mano y dice que la gente no pudo haber estado todo el tiempo haciendo los anzuelos porque es una actividad que genera una lesión. Cosas de ese tipo que no sabíamos.

Que los pescadores actuales conozcan los anzuelos utilizados en el pasado, debe ser muy enriquecedor para ellos, entender a sus ancestros

Claro, se los muestro y dicen ¿y con eso pescaban? Por ejemplo, la concha del choro zapato tiene un atornasolado y cuando lo lijas tiene un brillito, entonces cuando lo miran dicen “ah sí, efectivamente puede que éste se haya ocupado sin carnada” y como que ellos se sorprenden de esa posibilidad. Además, es muy interesante el hecho de lo antiguo que son, tienen 7.500 años, y se ocuparon más o menos los mismos artefactos durante 3.000 años desde Arica hasta Guanaqueros. Entonces, también es un artefacto de gran relevancia durante muchos miles de años a lo largo de muchos kilómetros, por lo que conocerlo un poco más va a permitir conocer los grupos que habitaron en la costa durante ese tiempo y rescatar el expertise artesanal de los pescadores.

Y que se ha ido transmitiendo de alguna forma, porque se mantiene la forma ancestral de tejer las redes

Bueno, actualmente se compran, pero en zonas más aisladas la gente arregla sus redes, entonces de todas maneras hay una riqueza en el conocimiento de cómo hacer los artefactos que tú necesitas para vivir.


Bandera Chango. Agrupaciones Chango de Chile. Diseño J. Valderrama

 

CHANGOS

¿Qué pueblos son básicamente los que logrado identificar en el norte?

En la costa norte de Chile son grupos de pescadores bien variados, después con la llegada de los europeos se les define como changos a todos, camanchaco un poco más arriba, pero se agrupan a todos los pescadores por ahí. Pero, desde la arqueología se ven los primeros vestigios humanos en la costa norte de Chile de por lo menos 12.000 años hasta la llegada del inca, por poner un momento de fin. Se ve momentos en los cuales hay cosas muy similares en algunos segmentos de la costa y después por alguna razón están, por ejemplo, los anzuelos. Se hicieron los mismos tipos de anzuelos durante 3.000 años en un cierto lugar, pero luego dejan de hacer  las mismas cosas y empiezan a hacer cosas que los diferencian. Imagínate, son 12.000 años, un montón de tiempo, entonces hay distintas dinámicas de fisión y fusión cultural que uno las interpreta a partir de cuan homogéneos son los artefactos materiales que uno ve o la forma de enterrar a sus muertos. Por ejemplo, los grupos chinchorro en la costa de Arica hacia alrededor de 4.500 años dejaron de hacer las momias y en ese mismo momento cambian muchas otras cosas, como la arquitectura, los anzuelos, cambios culturales que se ven a lo largo del tiempo que no tienen nombre.  

Es distinto cuando hay más elementos, lo textil, la cerámica, montón de otras cosas que se van juntando, no solamente lo mero material. Entonces cuando hay muchas cosas juntas en un lugar, puedes sugerir que allí había una cultura. Y en la costa norte de Chile es un poco complejo porque los restos arqueológicos son piedras, son huesos, no está este manto cultural que te permite decir más sobre las personas, sino que están las cosas utilitarias. Pero, desde la arqueología hay que ir hilando cada vez más fino para encontrar los símbolos que hayan sido usados para identificarse o diferenciarse como grupo.

Hay  contextos que son más relevadores que otros para encontrar elementos para estudiar la cultura de un lugar. Por ejemplo, los contextos funerarios son lugares donde la gente fue enterrada con todo los elementos de valor sentimental, emocional o cultural y ahí hay mucha más información y se puede decir mucho más.

Desafortunadamente, en la zona norte está todo destruido porque la gente local o no local también, saben que los cementerios tienen cosas más bonitas, entonces finalmente terminas trabajando en los sitios de menos atractivo, por lo mismo, porque no hay cosas tan bonitas.

¿Cómo ves la situación que vivimos en Chile con la integración de los pueblos originarios en la Convención Constituyente? ¿Piensas que hay una revalorización de estas culturas ancestrales o es algo muy focalizado, de interés solo de algunas personas?

Creo que por lo menos en la actualidad ya no es algo que no se sabe (la vigencia de los pueblos originarios). Claramente son, fueron, serán, pero hay mucho prejuicio, mucho desconocimiento, pero claramente somos un país pluricultural de todas maneras y me parece bien, por ejemplo, el tema  de la re-entificación del pueblo chango y su reconocimiento me parece fantástico a pesar de que el proceso de re-entificación puede ser cuestionado, al decir que no tiene una lengua, no tiene una vestimenta, pero hay gente que se identificó como un  grupo y hay elemento culturales que sí se vinculan con el pasado.

Entonces, hay una reflexión y una identificación fuera de la homogeneidad hispana, europea, blanca, que más allá de que sea la correcta o no, me parece que es súper relevante porque destaca y demuestra la diversidad de culturas  y de seres que habitamos este país. Falta mucho todavía eso si para avanzar.

 

Bahía de Guanaqueros

 

Entrevista Gabriela Pazos