Tres campañas de investigación en terreno han realizado arqueólogos de Chile y Cataluña, recorriendo canales y pampas de la zona más austral de Chile con el objetivo de buscar pruebas de la vida de los pueblos canoeros nómades que habitaron este territorio.
En el verano 2023 se realizó la campaña del proyecto “Arqueología en el mar interior de Última Esperanza (Magallanes, Chile): navegación, intercambio y uso de bosque nativo durante el Holoceno tardío”, que tiene como objetivo principal investigar la adaptabilidad y resiliencia de las estrategias desarrolladas por los grupos cazadores-recolectores marítimos del archipiélago Fuego-Patagónico desde el ca. 4500 AP hasta mediados del siglo XX, últimos momentos de actividad cazadora-recolectora en el área, de acuerdo a información entregada por el investigador de la Universidad de Magallanes, Alfredo Prieto al sitio web de la institución.
El académico señala que este trabajo “permitirá avanzar hacia una comprensión mayor de la cronología del poblamiento, así como las relaciones económicas y sociales de los grupos cazadores-recolectores marítimos del mar interior de Última Esperanza, particularmente en espacios insulares, los cuales son de un gran interés para la evaluación de la interacción humano-ambiental a lo largo del tiempo”, puntualizando que “brinda una oportunidad única para el estudio del origen y desarrollo de las técnicas de navegación, el sistema de movilidad canoero, las relaciones inter-étnicas y el uso del bosque. Todo ello, además, trasciende el ámbito geográfico y cultural, siendo de máxima relevancia teórica y metodológica para el estudio de las sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas de Europa y otras partes del mundo”.
El área de estudio corresponde al denominado “mar interior de Última Esperanza”, en la comuna de Puerto Natales, ubicada en el extremo sur de Chile, el cual se articula en torno al golfo Almirante Montt, englobando canales y senos circundantes, la costa continental e islas de variado tamaño. La investigación arqueológica del archipiélago Fuego-Patagónico ha proporcionado evidencias de ocupación humana desde inicios del Holoceno medio.
De acuerdo con Prieto, “hasta el momento la fecha más antigua de ocupación cazadora-identificada en el área es del Holoceno tardío (3.700 AP), aunque el hallazgo aislado de puntas lanceoladas sugiere una antigüedad mayor. En el momento de la llegada de las poblaciones de origen europeo, el área estaba poblado por grupos cazadores-recolectores marítimos que utilizaban canoas para moverse por los canales y mares interiores, asociado etnohistóricamente a los grupos Kawésqar”.
Las poblaciones indígenas de fuego-patagónicas forman parte de los escasos grupos humanos que consiguieron mantener un modo de vida cazador-recolector nómade hasta prácticamente nuestros días. Así, planteó Prieto, el estudio arqueológico de su historia, “es fundamental para comprender la adaptabilidad y resiliencia de las estrategias cazadoras-recolectoras en ambientes costeros de clima similar (templado-frío). Asimismo, el mar interior de Última Esperanza, un área poco estudiada hasta ahora y relativamente inalterada por la actividad humana reciente, posee unas características físicas, ecológicas y etnohistóricas que le proveen de un gran interés para la investigación de las sociedades cazadoras-recolectoras”. (Umag.cl. 24.07.2023)